El desprecio por la cosa pública

Es necesario que alguien levante la voz, de una vez por todas, esta conducta no puede ser repetida. Para eso están las autoridades, para observar y mandar y en este caso, es evidente que alguien está distraído.
Cuadra por cuadra se nota la destrucción sistemática por el mal uso o maltrato de los contenedores de residuos. Ya casi es imposible caminar una calle donde no nos encontremos con tapas sueltas, dejando que toda la pestilencia del contenido, se mezcle con la pureza del oxígeno que buscamos.

Contenedores destartalados, rotos, sucios, en un evidente mal estado. Son de material plástico resistente, probados pero, para nosostros los argentinos no hay plástico que se resista, y así es que se puede ver cada noche cuando los operadores de la recolección los empujan con la violencia propia de la urgencia de terminar el turno. Ya las tapas molestan, son segundos perdidos para alimentar al camión, así que, si no están: mejor.
En la Avenida Ortiz prolongación pude contar uno por cuadra roto y con su tapa abandonada invariablemente, ah!!! no!!! perdón, si ví uno en el que el vecino le puso una adaptación a la tapa para que no se perdiera.
Cuanto sale un contenedor? Cuanto sale repararlo? Seguramente que mucho más que el directivo que tiene a cargo este tema, se tome la responsabilidad de observar el trabajo y en las condiciones en que se lo ejecuta y en todo caso, determine la responsabilidad de quién está maltratando intensivamente a estos depósitos urbanos.
Al fin y al cabo, se compran, se mantienen y se reponen con el dinero público, no?
Autor: Sergio Nieli