La sarna bovina vuelve a tener un papel protagónico

La sarna psoróptica bovina es una dermatitis alérgica (aguda, sub-aguda o crónica) causada por ácaros del género Psoroptes. Éstos se alimentan sobre la superficie de la piel, cumpliendo todo su ciclo de vida (huevo-larva-ninfa y adulto) sobre el mismo hospedador.
El ácaro se trasmite generalmente por contacto directo entre los bovinos, y las formas clínicas más severas se presentan principalmente en el invierno (con excepciones), resolviéndose en forma parcial durante el verano (sarna latente). El fenómeno de la sarna latente es fundamental para el control y la erradicación de esta ectoparasitosis. En el otoño, las poblaciones comienzan a aumentar dando lugar a los brotes típicos de sarna durante esta estación así como en el invierno.

Diagnóstico y tratamiento
Si bien las lesiones (dermatitis) y signos (prurito intenso) son sugestivas de la presencia de sarna, el diagnóstico de laboratorio temprano es esencial para la identificación correcta del tipo de ácaro actuante (Chorioptes o Psoroptes ) ya que el tratamiento puede ser diferente.
El tratamiento de la sarna chorióptica generalmente produce buenos resultados con acaricidas fosoforados, piretroides, formamidinas y con lactonas macrocíclicas como avermectinas y milbemicina. En producción de leche -y con este tipo de sarna- la problemática de los residuos puede ser evitada con el uso de eprinomectina, una avermectina formulada como pour on con buena eficacia contra este tipo de sarna y sin restricciones post tratamiento.
Por el contario, el tratamiento de la sarna psoróptica presenta un desafío mucho mayor. En este caso, es imperativo que los tratamientos se realicen sobre todo el grupo animal y no solo en aquellos que manifiesten signos clínicos.
El género Psoroptes presenta mayor patogenicidad y menor susceptibilidad a las drogas para su tratamiento. Así, por ejemplo la eprinomectina ayuda en el control pero no elimina las colonias de este ácaro mientas que otras avermecinas inyectables (ivermectina, doramectina, abamectina y doramectina) o milbemicinas (moxidectin) se muestran eficaces, pero la problemática de los residuos prácticamente las excluye del uso en vacas en lactancia, y puede restringir su aplicación en animales próximos a su terminación dentro de los feed lots.
En el pasado reciente, la presencia de residuos de ivermectina en carnes termoprocesadas de exportación produjo severas pérdidas económicas en nuestro país. En animales con lesiones de sarna psoróptica circunscriptas, así como donde la eliminación de residuos debe ser de máxima consideración, tal como vacas lecheras en lactancia o fases finales de engorde, la aplicación de piretroides como la flumetrina pour on puede ser una alternativa práctica. Los baños por inmersión o aspersión con formamidinas, también se han mostrado con alta eficacia y muy seguros en lo que a residuos en carne o leche se refiere, aunque su implementación suele ser engorrosa y requieren de considerable tiempo y mano de obra.
En bovinos cuya carne o leche no va a ingresar en el consumo humano inmediato o mediato, sin dudas y por su practicidad y eficacia, las avermectinas (ivermectina, abamectina y doramectina) y milbemicinas inyectables (moxidectina) constituyen el tratamiento de elección. En general, en nuestro país es preferible un esquema de doble tratamiento para evitar los errores propios de condiciones de campo (subdosificaciones o animales que no son tratados).
Desde su introducción al mercado veterinario, estas drogas han mostrado una alta eficacia aunque en la última década y en Europa han sido documentadas algunas fallas de tratamiento en bovinos de feed lot incluso con doble aplicación de ivermectina. En estos sistemas productivos también han sido informadas diferentes eficacias con diferentes formulaciones de ivermectina al 1%.