En mayo se registró la primera caída del año en la compra-venta de campos

Según el informe de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales, la suba del dólar fue un factor determinante para que el mercado retrocediera.
Así como la agricultura resulta beneficiada temporalmente por la suba del tipo de cambio, hay otras actividades como la compra-venta de campos que se vieron perjudicadas.

La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) publica mensualmente su Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural InCAIR, el cual refleja la actividad del mercado inmobiliario rural en toda la Argentina.
El nuevo InCair descendió 3,12% respecto a 2017 y 17,5% en relación al mes de abril. En este sentido, cabe señalar que la base del índice es de 97,5 puntos, que corresponde en forma histórica a su pico máximo registrado en septiembre del año 2011 justamente antes del cepo cambiario.
¿Por qué cayó la actividad?
Desde la entidad adjudican el descenso del índice a que el quinto mes del año se caracterizó por la incertidumbre y los temores en el sector económico-financiero, lo que influyó directamente en la disminución de las consultas efectuadas para el inicio o la concreción de operaciones inmobiliarias rurales y sumado a ello, se retrajeron los pedidos de tasaciones en campos.
En diálogo, el presidente de CAIR, Javier Christensen, dijo: “No somos ajenos al resto de la economía. En mayo todas las turbulencias económicas y políticas afectaron las expectativas en el mercado de compra-venta de campos“, y detalló: “El aumento de tasas de Lebac y la disparada del dólar, alteraron en forma significativa la actividad inmobiliaria rural”.
Si bien la cámara reconoció que la devaluación mejoró la rentabilidad de algunas actividades primarias, no fue así en otras que vieron encarecidos sus insumos y el aumento de tasas financieras.
Esperanzas de inversión
De cara al futuro y con una mirada positiva, CAIR resaltó que el respaldo del FMI al otorgar créditos al país podría llegar a ser un factor que despeje los temores existentes en el corto y mediano plazo, generando con ello, un ambiente más amigable para los inversores en tierras rurales.
En la misma línea, Christensen comentó: “Este es un mercado que se mueve bien cuando el ambiente es normal. Cuando hay alteraciones, nervios y crisis, el inversor se retira, se sienta sobre su dinero y espera a ver qué pasa”, y agregó: “Creo que ahora tenemos un horizonte al menos en el corto y mediano plazo despejado, sin turbulencias económicas y el interés puede volver”.
Al realizar un repaso del mercado de la actividad rural en las últimas décadas, según comentó el titular de la cámara, con el cepo cambiario del 2011 la actividad inmobiliaria rural empezó a caer en forma abrupta y llegaron al 2013 con 7 puntos. “A la fecha en forma escalonada viene subiendo, en abril el índice fue de 46 puntos, estaba creciendo en forma sostenida y esta caída de mayo la vinculamos básicamente a que fue un mes atípico para todos”.