Un poco de historia… el misterio de las plantas de ajo

La tarde prometía, con un sol mediante, para salir a buscar imágenes al campo, hábito que hemos adoptado a partir de la cantidad de amigos que vamos sumando, con el pretexto de la fotografía.
No sospechábamos, que nuestro derrotero se iría modificando con la presencia de una serie de nubarrones que amenazaba frustrar nuestra tarea, que terminó, en las vías que pasan cerca del Puente de la Vizcacha.
Allí nos quedamos, aprovechando pequeñas ventanas de sol que, a fuerza, se abrían entre los negros nubarrones acechantes, y así, comenzamos a transitar por las vías, en una lenta regresión a nuestra infancia, curioso juego de la mente, cuando de repente a uno se le presentan los recuerdos como ayer.

Yo había estado allí, alguna vez pasé por ahí y apareció el testigo que confirmaba mi presunción: una planta, y por allá otra mata de estas plantas y otra. Tomé una hoja entre mis manos y el olor terminó de ayudar a la mente: las plantas de ajo.
Ahora sabía que había estado allí de pequeño junto a mi Papá y desde abajo lo miraba curioso como desenterraban matas de estas plantas olorosas que llevaban a la casa de la Abuela, como preciado tesoro. Alguna vez mi Papá, me contó como fueron a dar estas plantas a ese lugar: El relato hablaba de un tren carguero que venía de San Juan, con un gran cargamento de ajo hacia el Puerto de Buenos Aires, y llegado ese paso a nivel, embistió una tropa de animales que era guiada por un arriero.
Esto provocó el descarrilamiento de dos vagones que soltó su carga a la vera del camino, que fué oportuno para que viniera esta especie.
Mi Papá y su Hermano, cumplían anualmente la rutina de ir a buscar sus ajos a la vía, cuidando celosamente que las semillas cayeran nuevamente en ese suelo fértil.
La Abuela los recibía con mucho aprecio, dándole como único destino: la cocina, ora hervido en el puchero, ora saltado en el sartén…
Nunca pude saber si el hecho existió o fué parte de un mito, ya mi Padre no está, mi Tïo tampoco, pero, no pierdo la esperanza, que muchos lectores mayores o hijos o nietos que puedan consultarlos, nos puedan ayudar a develar el misterio.
Se tratará de ajo que provino del accidente ferroviario? Habrá existido el hecho? Es ajo silvestre?
Ahí queda el misterio planteado, hasta la próxima!!!
Autor: Sergio F. Nieli