Por: Maria Rosa Cabral
Por aquellos años, en el patio de los abuelos, mientras jugábamos a las escondidas, payanas y rayuela, se asomaban las suculentas, tímidas, entre los jazmines, el parral, y los rosales, esas plantitas carnosas , de las que nos gustaba robar una hojita y explotarla entre nuestros pequeños dedos, para observar su contenido acuoso. Era una forma de descubrir la naturaleza, pero la abuela, con su voz dulce nos repetía una y mil veces, CUIDADO CON MIS PLANTAS!.
Hoy después de tantos años, nos invaden con sus bellas hojas, en macetas, balcones, estanterías improvisadas y de diferentes maneras, están ahí , en nuestros jardines, ocupando un sitio importante, ya nó como tímidas plantitas escondidas.
Son las plantas más vendidas, fotografiadas y desplazaron al cactus, que encabezaba el ranking de comercialización.
El hecho de que ocupen poco espacio y que, además, pueden crecer casi en cualquier sitio (ya sea en interior o en exterior) convierten a las suculentas en una apuesta perfecta para tener un pedacito de Naturaleza en cualquier lugar de nuestro hogar. Cada vez más, nuestros espacios se disminuyen, como es el caso de los departamentos, pero necesitamos el verde, y estas pequeñas joyas de la naturaleza nos dan ese color.
Muchos, sólo las adquieren para decorar, y darle vida a un espacio, sin saber que aparte de su belleza ornamental, también cumplen con importantes funciones, como es la transformación del dióxido de carbono que existe en el ambiente, filtrándolo y transformándolo en oxígeno, mejorando así la calidad de aire que respiramos. También, humedecen el aire, lo cual ayuda a que nuestra piel esté bien hidratada y además, contribuyen a mantener nuestras mucosas y la garganta en mejores condiciones
Estos seres vivos absorben partículas y gases nocivos que están en el ambiente, como el humo del tabaco o el pegamento que existe en el aerosol. Gracias a las bacterias que se encuentran en la raíz, los contaminantes son transformados en nutrientes.
Está comprobado científicamente, que al tener plantas dentro de cualquier casa u oficina las personas se sienten más relajadas y son un poco más productivas. Un estudio realizado en el Royal College of Agriculture de Inglaterra, demostró 70% más atención de los estudiantes cuando se les enseñaba en aulas con plantas. El ver las plantas, cuidarlas y respirar su aire limpio hace que los terrarios sean buenos compañeros ecológicos y psicológicos.
Si hablamos de sus cuidados, son especies que almacenan agua en cantidades, mucho mayores al resto de las plantas y es por eso que generalmente escuchamos que no necesitan muchos cuidados. Sus necesidades de agua son reducidas. Las plantas suculentas son capaces de absorver la humedad del ambiente y retenerlas en sus hojas, tallos y raices.
Esta capacidad es la responsable de que, en muchas ocasiones, veamos este tipo de plantas suspendidas en el aire o en recipientes de cristal sin apenas ningún sustrato donde agarrarse. A pesar de la sorpresa, incluso así algunas suculentas pueden mantenerse hidratadas.
Precisamente por eso, el exceso de riego puede ser letal para ellas. Durante los meses de frío, no necesitarán más de un riego cada quince días mientras que en los meses de calor podemos aumentar la pauta a un riego por semana.
Aunque necesitan mucha luz, nunca someteremos a las suculentas al sol directo y mucho menos en verano. Sobre todo, porque para poder mantener una correcta hidratación necesitan poder guardar las reservas de agua y la exposición directa al sol las deshidrata.
Este factor puede hacer que las hojas se tornen rojas y eso es un signo de que se están quemando. Si detectamos que la tonalidad de sus hojas palidece, es momento de buscarle una ubicación donde pueda recibir más luz.
Que guarden bien el agua no significa que lleven bien estar encharcadas. Por eso mismo, es importante que las plantas suculentas tengan un buen drenaje que permita eliminar el exceso de agua.
Así que… ¡olvide el plato de debajo! A menos que lo use de manera meramente decorativa y escurra el agua sobrante, requiere más bien, un suelo pobre. Así que, para darle a nuestras plantas suculentas lo que necesitan, nada como plantearnos mezclar el sustrato con arena o con sustrato para cactus.
Estos y muchos consejos más, se escuchan y se leen de las suculentas, pero como decía mi abuela Emma, amante de las plantas y que al recordarla, siento aún el perfume de sus rosas y jazmines, cada planta es única e irrepetible, como lo son los seres humanos, y su vida, depende de su entorno y sitio donde se encuentren. De ellas se aprende observando su crecimiento, sus necesidades y si de suculentas se trata, a pesar de su humildad, son de una belleza extraordinaria tanto en su estado habitual, como en su floración, porqué sí, también ellas nos deleitan con sus inigualables flores.